LAS COLUMNAS
Mesa de Redacción
Crisis partidistas
Enrique Yasser Pompeyo
Las crisis en los partidos de oposición cada día se agudizan y los más perjudicados siempre son los empleados, los trabajadores de a pie.
Es el caso de los tres institutos políticos tradicionales: Partido Revolucionario Institucional, Partido Acción Nacional y el ahora extinto Partido de la Revolución Democrática.
Como lo han dado a conocer los medios de comunicación, luego de que se formalizara la extinción del sol azteca, en el caso de la entidad veracruzana, a los empleados administrativos y de otras áreas se les deben varias quincenas y nadie asume la responsabilidad.
El ahora ex líder estatal Sergio Cadena salió a decir que él ya no tiene responsabilidad alguna, de manera que los trabajadores se encuentran en la incertidumbre acerca de si les pagarán los salarios pendientes desde el pasado mes de junio.
En el caso del Partido Acción Nacional hay trabajadores que fueron despedidos de manera injustificada y tuvieron que proceder de manera legal para demandar el pago de sus salarios, de manera que el Organismo Público Local Electoral (OPLE) le retiene al PAN parte de las prerrogativas para poder cubrir las indemnizaciones.
Con respecto al Partido Revolucionario Institucional y de acuerdo con trabajadores, se les adeudaba el pago de varias quincenas y la justificación que les daban era que se debía, supuestamente, al recorte de las prerrogativas.
Las denuncias se hicieron por el mes de abril y de acuerdo con los afectados, ante el incumplimiento del pago de los salarios tuvieron que recurrir a solicitudes de préstamos bancarios y hasta el grado de empeñar cosas para poder mantener a sus familias.
Lo peor que puede hacer un gobierno, una empresa o en este caso, los partidos políticos, es afectar el bolsillo de la población, dañar la economía de las familias.
Si ya de por sí los partidos de oposición tradicionales se encuentran en una crisis de credibilidad ante la población, la irresponsabilidad en la que incurren al no cubrir las quincenas de quienes van al día, seguramente incrementará el desencanto y la decepción.
A ese paso, si muestran desinterés por ayudar a sus propios trabajadores qué podrá esperar la población en general, a la que en un año le pedirán su voto para que sus candidatos puedan llegar a las presidencias municipales a cobrar jugosos salarios y demás negocios.
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